Nivel intertextual del cuento.
En un cuento se conjugan varios
elementos, cada uno de los cuales debe poseer ciertas características propias:
los personajes, el ambiente, el tiempo, la atmósfera, la trama, la intensidad,
la tensión y el tono.
Los
personajes. De un
cuento, una vez definidos su número y perfilada su caracterización, pueden ser
presentados por el autor en forma directa o indirecta, según los describa él
mismo, o utilizando el recurso del
diálogo de los personajes o de sus interlocutores. En ambos casos, la conducta
y el lenguaje de los personajes deben de estar de acuerdo con su
caracterización. Debe existir plena armonía entre el proceder del individuo y
su perfil humano.
PRINCIPALES: son los que realizan las
acciones más importantes, enfrentan los problemas y tratan de resolverlos;
aparecen en toda la obra, ya sea actuando o en la mente de otros personajes;
las acciones de los demás están condicionadas por el efecto que pueden tener en
ellos.
SECUNDARIOS: son numerosos, sirven
para caracterizar mejor a los principales,
y con sus acciones ayudan a la
realización de las obras, pero no tienen una
actuación que los haga destacar como
personalidades independientes.
AMBIENTALES: son los que ayudan a
caracterizar el medio ambiente en el que
actúan los demás; no participan
prácticamente en la acción, pertenecen más bien
al paisaje; por ejemplo: los meseros
de un café, los campesinos en el campo, los
obreros en una fábrica , etcétera.
INCIDENTALES: son los que aparecen en
algún momento de la narración, pero
su importancia radica en la fuerza de
su acción, ya que ésta puede dar un giro a
la historia: la acorta, la alarga o la
modifica.
El
ambiente: Incluye el
lugar físico y el tiempo donde se desarrolla la acción; es decir,
corresponde al escenario geográfico
donde los personajes se mueven. Generalmente, en el cuento el ambiente es
reducido.
El ambiente físico temporal: se
refiere a la época histórica en la cual transcurren
los hechos.
Ambiente sicológico Es la atmósfera o
clima emocional, sicológico, en la cual se
desarrollan los acontecimientos. Este
espacio está creado por todos los
elementos presentes en la historia,
aunque se hayan puesto en ella sin perseguir
necesariamente ese fin. Los factores
que influyen en la creación de un ambiente
sicológico no siempre pueden delimitarse
con claridad.
El
tiempo. Es el
transcurrir de las horas, días, meses, años o siglos.
El tiempo puede ser de dos tipos:
Objetivo. Es aquel que tiene secuencia
lógica y lo marca un reloj o calendario.
Subjetivo. Es el registrado por la
conciencia.
La
atmósfera. Corresponde
al mundo particular en que ocurren los hechos del cuento. La
atmósfera debe traducir la sensación o
el estado emocional que prevalece en la historia. Debe irradiar, por ejemplo,
misterio, violencia, tranquilidad, angustia, etc.
La
trama. Es el
conflicto que mueve la acción del relato. El conflicto da lugar a una acción
que provoca tensión dramática. La
trama generalmente se caracteriza por la oposición de fuerzas. Ésta puede ser:
externa, por ejemplo, la lucha del hombre con el hombre o la naturaleza; o
interna, la lucha del hombre consigo mismo.
La
intensidad Corresponde
al desarrollo de la idea principal mediante la eliminación de todas las ideas o
situaciones intermedias, de todos los rellenos o fases de transición que la
novela permite e incluso exige, pero que el cuento descarta.
La
tensión Corresponde a
la intensidad que se ejerce en la manera como el autor acerca al lector
lentamente a lo contado. Así atrapa al lector y lo aísla de cuanto lo rodea, para
después, al dejarlo libre, volver a conectarlo con sus circunstancias de una forma
nueva, enriquecida, más honda o más hermosa. La tensión se logra únicamente con
el ajuste de los elementos formales y expresivos a la índole del tema, de
manera que se obtiene el clima propio de todo gran cuento, sometido a una forma
literaria capaz de transmitir al lector todos sus valores y toda su proyección
en profundidad y en altura.
El
tono. Corresponde a
la actitud del autor ante lo que está presentando. Éste puede ser
humorístico, alegre, irónico,
sarcástico, etc.